jueves, enero 10, 2008

Errante y errado...

Cancún es un paraíso terrenal en muchos aspectos. Pero particularmente para mí, ofrece una gama de cosas que, debo decirlo, pocas ciudades ofrecen.
Estoy inmerso en una relación que para el grueso de la gente es "inusual", aunque para nosotros, los protagonistas de la misma, es algo completamente natural. Y no concebimos la vida como sigue sin la relación, y por ende, sin la persona misma.
Sin embargo, hará cosa de unos 4 meses que llegué, las cosas llegaron a un álgido punto en el que la relación pareció colapsarse. Habíamos invertido TODO en el cambio de domicilio, que, dicho sea de paso, por sí mismo consituyó toda una aventura para mí, tomando en cuenta que no existe un ser más sedentario y ritualista que yo. Este evento, contravino toda mi naturaleza exigua en salidas y socialización, volcándome de repente en una ciudad, con una familia y dentro de un contexto no del todo extraño, pero tampoco enmarcado en la familiaridad. Es algo complejo. Y precisamente por esa complejidad, me colapsó personalmente.
Y me ausenté un mes. Todo un mes de recogimiento, de introspección al máximo, de re establecimiento de metas, reorientación de objetivos y mucha, mucha limpieza mental. El resultado es que mi regreso mismo, fue un error catastrófico desde el punto de vista económico, pero sumamente gratificante desde el punto de vista espiritual: pude decir adiós a mi vieja y cómoda vida, para enfrentar el reto de ser jefe de familia, con 2 maravillosos hijos, y la mujer más hermosa de la tierra, puesta, presta y dispuesta a ser no sólo mi compañera, sino mi confidente, mi amiga, mi amante, mi esposa, mi mujer, mi freno de mano, y todo lo que vivir con ella implica.
Siempre, SIEMPRE es difícil el arte de tomar decisiones. Sobre todo, tomando en cuenta que la vida misma es una obra que no permite ensayos. Y tampoco es una pintura, y ni siquiera un esbozo. Simplemente es un borrador en el que nos equivocaremos infinitamente. Y la recompensa no es ver la obra terminada, sino simplemente, disfrutar el proceso "creativo". ¿O no?. ¡Feliz 2008 para todos!.

miércoles, diciembre 12, 2007

Tras mucho tiempo


Han pasado muchos meses, quizá un año desde que dejé semi olvidado este blog sin lectores. Ha resultado un tanto práctico, puesto que la exigencia de una crónica o de algo para plasmar en papel disminuye mucho. Me siento como el escritor al que su editor JAMÁS ha presionado para que termine una obra. Eso, en estos tiempos, es prácticamente imposible, pero bueno, no hay peor lucha, que Lucha Villa...
Es sumamente extraño para mí regresar a esta página, sobre todo sabiendo que mis ensayos literarios no han hallado eco absolutamente por nadie. Es como publicar un libro y esperar a que la gente por sí misma lo compre. Publicar letras es ahora sumamente complicado. Y eso que PRETENDO algún día escribir en serio simplemente por el placer de hacerlo.
El blog es una actividad divertida, pero también sumamente demandante. Así que prefiero asumir que yo trabajo al blog, y no al revés. Mis últimas entradas reflejan un ánimo un tanto impersonal, ya que es más fácil postear videos y fotografías, que una crónica o reseña. Y tango taaaaaaantas cosas qué reseñar, que tampoco sé ahora por dónde empezar. Debe ser el bloqueo artístico por el que todo pretendido artista atraviesa. Mas deseo firmemente que sea sólo una etapa transitoria en mi vida, como muchas otras cosas que me suceden actualmente y que definitivamente tampoco me gustan. Por el momento, sí, a riesgo de parecer fastidioso, muestro una pequeña parte de lo que llevo dentro de mi cabeza, que aparenta no ser nada, y expongo esta artística foto de esta mujer perfecta, al menos en lo que el aspecto físico se refiere. Ojalá que alguien disfrute el video y esta foto tanto como yo. Y a mis sumamente hipotéticos lectores... gracias. Y que el Creador en quien pongan su fé, les llene de alegrías, salud y buenas noticias para esta Navidad y el Año Venidero. ¡Muchas felicidades!

Un video de mi amada Aria Giovanni


www.Tu.tv

miércoles, julio 11, 2007

Aria Giovanni


La Diosa, la hermosa mujer que nos deleita desde su excelsa lejanía. ¡Un pequeño tributo a su belleza!.

domingo, junio 11, 2006

Por una mujer (ficción)

Con la calle vacía, camino sin rumbo fijo, ensimismado y meditabundo. Observo el sol ponerse mientras el cielo se torna rosado y luego escarlata. Nunca había puesto tanta atención a un atardecer. Siento como si fuese la metáfora de mi vida: un sol fulgurante que está en su declive, en su momento de apagarse. Y que se disfraza de toda la gloria que le es posible, antes de desaparecer casi imperceptiblemente, hasta no dejar más rastro de él que el recuerdo. Los árboles se transforman en tétricas sombras, y el alumbrado de la calle no hace sino resaltar este hecho. La depresión hace presa de mí.
Sin hacer caso de nada, mirando sin ver y oyendo sin escuchar. Sigo caminando, seguramente dando vueltas en círculo. La cuidad continúa sin dormir, sin importar que el sol se haya apagado. De momento me sorprende la adaptabilidad huamana, para luego abandonar esos pensamientos. Nada hace que salga de mis negras ideas.
Otro círculo en la manzana. He de llevar como 10 vueltas en la misma calle. Siento las miradas de la gente que lo ha notado. Se ponen nerviosos, como haría yo si veo a un desconocido rondar constantemente mi casa sin propósito aparente. Pero tampoco me importa, sigo mi camino.
Siento dentro de mí entonces una explosión. Intempestivamente, sin aviso, algo dentro de mí me llama a la vida. Pero no sólo a respirar. También me llama a oler las flores. No para ver, sino para perderme en la inmensidad de los paisajes -urbanos o no- y en la magnificencia de la belleza de la vida. En lo bello de las mujeres y lo sencillo de las aves. Para perderme en el sabor de la piel de la mujer amada, así como en su aroma. Para sentir su piel, así como para poder abrazar a las personas que me rodean y me quieren. Pero sobre todo, me llama a pensar, a crear, a ser útil aunque mi obra se pierda en el infinito olvido y aunque sea ahogada por la diversidad de la creación humana. Entonces, aunque tenga sólo un lector, cualquier esfuerzo habrá valido la pena.
Por una mujer. Por ella y nada más. Por la que está a mi lado sin estarlo. Por quien este esfuerzo será válido y no vano. Entonces, con la luz artificial, contemplando el maravilloso e imperfecto paisaje urbano, escuchando el barullo nocturno de la cuidad, emprendo el camino decidido a casa, repleto de ganas de crear. Y el cuaderno de mis manuscritos se abre, en la última página de mi último relato, decidido a hacerle crecer, espero que como he de crecer también yo...

sábado, junio 10, 2006

Cabeza llena, cabeza hueca (ficción)

Estoy de pié en el centro de un parque. La lluvia cae inclemente, donde trato de borrar lo que ha sido mi pasado y lo que se perfila como un permanente presente. No tengo nada, ni empleo, ni esposa, ni hijos, ni casa. La obra perfecta de mi vida está centrada en un vacío. El plan de vida tan meticulosamente estructurado se me escapó de las manos y no supe ni cuándo. La retrospectiva actual tampoco ofrece ninguna respuesta o solución. De entre la inutilidad de mi vana existencia, sólo se me ocurre una cosa: terminarla.
Hago un recuento de mis conocimientos para ver si aún se puede rescatar algo. Los recuerdos aglutinados se convierten en una enciclopedia un tanto desordenada de cultura popular: música, cine, libros, cómics y millones de datos que para fines prácticos, no sirven para maldita la cosa. La idea de terminar con mi vida se perfila cada vez más viable. Incluso mi vida social es un desastre. Veo que mi cabeza está llena de muchas cosas, pero hueca en lo importante: aquéllo que es bueno para forjar una vida y un futuro real. Y en cada nivel de mi pensamiento, veo cómo el tiempo ha transcurrido inclemente sin que sepa yo el derrotero que seguirá mi vida aún. Definitivamente cortaré mi existencia, porque no hay lugar en el mundo para que yo pueda seguir en él...
Si de algo sirven las películas, serán para lograr una creativa manera de morir. Mario Puzo en "El último Don" describe una manera excelente de morir sin dolor y con el cerebro trabajando al máximo: inhalando una sobredosis de óxido nitroso. Sin dolor, sin miedo.. y sin el medio para hacerlo, porque sería necesario tener acceso a este gas, mismo que por supuesto, no tengo.
Morir desangrado sería algo tan típico, que en muchas películas y series de telvisión han hallado cualquier cantidad de formas de lograrlo, pero resultaría asqueroso, burdo... no es una opción. Para darme un clásico tiro, debería tener un arma, pero sólo tengo las de los juegos de video, tan dañinas como una oruga enojada. ¿Asfixiado? No. Aparte de que es necesario sobreponerse al instinto, no hay mejor manera de morir asfixiado que colgado. Muy técnico, aparte de que si pudiera ser en un incendio, pero es demasiado dañino para mucha gente más, y antes de morir asfixiado podría quemarme...
¿Tirarme de un sitio alto?. No, el resultado puede ser incierto. Podría incluso mi cuerpo tener la resistencia necesaria como para sólo quedar inválido o en estado vegetativo, lo cuál sería idéntico a mi vida actual...
Las vías del metro son baratas, y ofrecen una garantía extra de morir entre electrocutado y arrollado por toneladas de metal y gente, pero igual sería clásico y burdo. ¿Qué, no existe una manera elegante de morir? ¿Es que hasta la muerte cuesta?. Al pensar esto, se me ocurre encender un cigarrillo. Esta muerte sería demasiado paulatina, lenta y dolorosa. No puedo esperar tanto.
Pienso en la familia que me rodea, sus caras al momento de enterarse. El mal que causaría saber que perdieron la oportunidad de seguir con un inútil a sus espaldas, porque eso y no otra cosa he resultado ser. Daño tendrían seguro. Eso es algo que tampoco me puedo permitir.
Fumo como loco, cigarrillo tras cigarillo. Las opciones no son alentadoras ni siquiera para morir. Todo implica planeación, perfección en la ejecución, discreción, privacidad... pero sobre todo, un gasto. Un último gasto por mi parte. Este es un lujo que no puedo darme. Resulta curioso que no tenga dinero para terminar con mi vida.
También pienso en mis valores. Siempre pensé que un suicida es un cobarde que no puede afrontar la vida. Pero ahora, sin justificación, los entiendo. Y es que cuando tu desesperación hace inviable tu vida, comienzas a considerar la alterntiva de la muerte, que parece más piadosa porque no sabes cómo deberás luchar después de ella.
Se apacigua la lluvia. Tímidamente, asoma el sol, como si quisiera sólo enmarcar mi desdicha y soledad. Si es esto, deben ser inmensas, porque termina saliendo por completo, iluminanado cada milímetro expuesto a mi vista. Sigo considerando opciones, mismas que descarto casi de inmediato. Mi depresión no ha hecho sin aumentar con el resplandor solar. Y entonces me decido...
¡Lástima!. Viviré. Viviré para ver cómo me consumo, cómo desperdicio recursos, tiempo y amor ajenos. Viviré para morir lentamente, y morir de viejo o enfermo en una buhardilla, sin nada que mencione todo lo que hice por tratar de evitarlo. Seré el expediente más fresco de la policía, la página 1 o 2 de un diario sensacionalista, con el número de registro XXXXXXXXXX y evasor aparente de impuestos. No puedo ser un evasor completo, porque para eso necesitas ganar dinero. Eso es algo que no hago ya...
¡Otra vez lástima!. Porque de cualquier manera, no hallaré ni el valor o la cobardía. Ni la fortaleza o la determinación. Mi voluntad es débil, así que me doy la media vuelta. Camino lenta pero decididamente a esconderme en los túneles del tren subterráneo y llegar a casa. Tengo mucho qué contarle a las paredes, así que debo apresurarme si quiero mantenerlas despiertas mientras sueño...

viernes, marzo 24, 2006

De conciertos varios

Cuando la música ocupa un lugar tan preponderante en la vida, es prácticamente imposible vivir sin escuchar escándalo en los oídos. En mi caso, algunas de las cosas menos malas que he escrito, han sido después de escuchar a Pink Floyd o a The Doors, o mejor dicho, mientras los escucho. Desafortunadamente no me ha sido posible ir a todos los concierto que he deseado. Perdí uno de Dream Theater, uno de Shakira (¡antes advertí que puedo ser fresa!), el de Paul McCartney, el de Madonna (ambos en el '93), los de Metallica... Pero hay varios a los que me era INDISPENSABLE asistir. Unos de esos, fueron los conciertos que brindó Pink Floyd en el Autódromo de la Cd. de México el 9 y 10 de Abril de 1994.

Sé que a casi 16 años de distancia, una reseña o crónica de dichos eventos puede verse afectada por mala memoria (¡aunque a mí se me antojan como inolvidables!). Sin embargo, hay detalles que recuerdo perfectamente. Uno de ellos, es que yo ni siquiera acudí como espectador. Trabajaba como un elemento más de seguridad en ese entonces, en una organización particular que se dedica (o dedicaba, ya no los he visto en esos eventos) a la seguridad en conciertos y cosas multitudinarias similares. El primer concierto, me tocó estar en las puertas. Eramos como 36 elementos repartidos en las puertas, para "cachear" a 75,000 almas que asistieron al conceirto.
Si ese día hice como 1,000 sentadillas consecutivas, fueron pocas. Pero precisamente ese era el PEOR lugar para estar en ese momento. Podía escuchar sí, a Pink Floyd en vivo, pero bien podía conformarme con hacerlo igual con un CD grabado en concierto. Así que, después de que tocaron mi canción favorita y se retiraron al intermedio, solicité a mi supervisor "auxiliar" en el interior. Accedió, porque -aunque suene que revelo un secreto de estado- ese día hicieron falta como 120 elementos para poder cubrir apenas el concierto. Recuerdo que una de sus instrucciones fue "O.K., pero si se arman los madrazos, no te metas. Vienes y me avisas para que jalemos gente". Y sí, teníamos un poco de miedo. Y más cuando a pesar de tus esfuerzos notas en el ambiente que mucha gente no está precisamente en sus cabales. Cuando entré al foro, lo último que revisé (aunque sí lo hice) fué ubicar al elemento más próximo. Yo estaba en otro mundo: veía a Pink Floyd -incompleto, sin Waters- tocando en vivo. Desde ese momento, lo demás carecía de sentido.

Como anécdota, y con la seguridad de que estaba al menos con 4 sentidos y medio disponibles (por el humo de la "mota"), hubo una aparición medio extraña. Y si fué alucín, pues fue un alucín colectivo, porque estaba yo hasta el fondo del foro, en donde ese concierto se apreciaba mejor que en ningún otro lado (excepción de la ubicación que tuve al día siguiente). Yo estaba de frente al escenario, y de pronto, toda la gente empezó a mirar hacia arriba a la izquierda, desde donde yo me encontraba. Y allí lo vimos: una bola de luz roja, en estacionario completo. No excesivamente brillante, pero sí lo necesario para poder advertirla. Así, como por un espacio de 10 o 15 minutos. Después, descendió lentamente. Y tras dejar caer algo -que dejó una estela de luz al caer- se marchó rápidamente. Creo que no fui el único que salió pensando que no estaba loco. Y el concierto siguió su curso "normal", y seguramente la banda ni cuenta se dió que tuvieron audiencia no esperada.

Tocaron antes del Encore "Comfortably Numb", encendieron la esfera de espejos que todo el concierto había estado apagada, los 3 minutos que la usan en esta canción, y al terminar la misma, se apagó para no volverse a encender. Se despidieron... pero las luces continuaban apagadas y la gente clamaba por más. Sin encender la luz, comenzamos a escuchar un arpegio que los fans inmediatamente identificamos como "Hey You", y volvió el apoteosis al foro. Fueron 4 de los minutos más maravillosos de mi vida. Pero al escuchar la que sería definitivamente la última canción, sentí una mezcla de alegría, euforia, tristeza y nostalgia. "Run like hell" comenzó a sonar. Y para efectos prácticos, todo, sus luces, fuegos artificiales, pantallas, y cualquier cosa (salvo la esfera de espejos) se movía al compás de la música. Con un estallido y un estruendo, Pink Floyd cerraba una página crucial en mi vida. Pero al día siguiente me esperaba una sorpresa mayor: me designaron a la guardia personal del grupo. Y la ubicación -ver todo el show tras bambalinas- fue mucho mejor, pero la sensación, el descubrimiento absoluto del poder de este maravilloso grupo al que extraño mucho, se revelaron el 9 de Abril de 1994, después de miles de sentadillas, cansado, medio drogado y absolutamente extasiado con ello.

Y otros eventos... creo que podré platicarlos en una ocasión posterior. Pero el de Pink Floyd era mi máximo en ese momento, y pienso que si se reunieran como en el Live8 e hicieran una gira mundial, gustosamente (¡y más aún!), juntaría mis suelditos y los redescubriría, aunque estuvieran sostenidos en andamios, caminaran en sillas de ruedas o muletas, y tuvieran qué ponerles algo para mantenerles el cuerpo con cohesión. Simplemente porque su música es de lo más perfecto que se ha realizado en este tiempo.

miércoles, marzo 22, 2006


Este soy yo, con el peor escenario posible. Posted by Picasa

La primera de "Y entre otras cosas..."

Para ser la primera vez, siempre es difícil. Esto siempre aplica en cualquier actividad relacionada con la humanidad. Resulta sorprendente cómo los animales, desprovistos de raciocinio al menos como lo conocemos, inician a caminar, a comer, a cazar prácticamente solos. No es que lo hagan así de radical, pero tampoco parecen tener el miedo, la inseguridad y todas aquéllas cosas que suelen complicarle la vida al ser humano.

Posiblemente no haya mucho qué contar, o lo que haya qué contar no sea del todo del agrado de la gente, o si la gente adecuada leerá esto, o peor aún, la inadecuada. Me conozco, y en lo único que soy constante, es en la inconstancia, así que habrá hoy una crónica y otra quién sabe cuándo. Lo importante de esto, como en todo, es dar el primer paso.

¿Comentarios?. Simplemente soy un escritor amateur, quien para ver publicado algo escrito por sí mismo, recurre a esta opción, aunque lo que considere lo que son mis mejores trabajos no lleguen a publicarse ni aquí, porque aún no los registro. Probablemente -y para no incurrir en faltas, menciono al Trino y a Gis- entre éstas crónicas marcianas alguna vez incluya algún viaje cannibeo, o más coloquialmente, un alucín. De esos tengo a montones sin necesidad de aspirar, inyectarme, masticar o siquiera acercarme a alguna substancia que lo provoque. Sólo necesito un libro, una película de clasificación "nerd", escuchar las mejores piezas clásicas, o lo más clásico o heavy del rock. Y sí, soy fresa por convicción, pero sólo para algunas cosas. Para las otras, no creo que haya quién me gane. Espero comentarios (o mentadas) acerca de las cosas que mostrarán cómo es posible llenarse la cabeza de millones de locuras imprácticas, detalles aparentemente intrascendentes, y cómo estudiar contaduría nada tiene qué ver con mi fallido deseo de ser cineasta, actor de doblaje, músico o al menos, escritor con un regular éxito. Esta es la primera que se hará "Entre otras cosas..."